Micro inocencia
Supongo que fue así como pasó. Un día de un día cualquiera, lo necesitó. Bajo cruzo la calle que separaba el bien del mal y peco, le gusto
tanto ¡¡oh si¡¡ Ese pecado le gustó.
Y al señor pecado le gustaba ella, amaba sus
dulces labios, sus imponentes curvas, su
gelatinoso himen y su forma de amarle, llena de arrebatada pasión y furia
interior.
Ella le dijo:
.-¡¡Prométeme que me llevaras siempre al infierno!!-.
.- ¿Qué?-. Contestó
él.
.-¡¡Qué me prometas que me llevaras siempre al
infierno!!
.- Te lo prometo-. Dijo.
Pero un día el señor pecado conoció a inocencia, tan dulce,
tan tierna con labios de fresa y tez blanca llena de pequitas, su pelito recogidito
en una trencita color miel, sus bajados ojos tímidos a cada pregunta, que hasta
incluso ella, sentada en el regazo del señor pecado le dijo a inocencia:
.- Si te quedas mucho aquí con esa carita, criatura te
tendremos que buscar pronto un buen mozo que pronto te haga la corte y te haga
suya-.
Los días fueron
pasando e inocencia fue creciendo y poniéndose cada vez más bella. La Señora pecado la contemplaba, como su venerada hija que nunca tuvo.
A veces, en su soledad acariciaba su vientre triste y
vacío, pero nada podía hacer salvo soñar que un día no muy lejano, el señor
pecado le daría un hijo. Pero un día la señora pecado quiso pecar con el señor
pecado, con mucha intensidad a lo que este se negó con rotundidad alegando que
había congreso en las cortes y muchos querían pecar. Ella le dijo:
.-Ves y tráeme sus pecados-.
Al irse él un aire
comenzó a filtrase por las paredes de la
casa, era frío y tenebroso, así que volvió
a sentir la necesidad de cruzar la calle y la cruzó, cruzó la distancia que
separaba, el bien del mal y sintió que algo la dejaba calle abajo, era algo escalofriante
y entonces ocurrió. Por sus venas comenzó a salir gotas y más gotas de
sangre y un sudor frio comenzó a evadir su frente.
Al descubrir sus sentimientos pronto supo que algo malo
pasaba y corrió hacia a la casa, subió las escaleras de dos en dos, fue
corriendo al armario de dulce inocencia y no había nada. Todas las ropas y
objetos de valor habían desaparecido, al igual que su inocencia, pecado se la
había llevado con él.
Autora: Jade. Bueno
Autora de otros micros breves entre otros la Chica
misteriosa
LA CHICA MISTERIOSA LO PUEDES LEER AQUÍ Y EL CAMIÓN DE LOS HELADOS Y MI PERRA CANDY
AQUÍ:
http://talent.paperblog.com/entre-la-inocencia-y-la-ignorancia-una-mujer-enamorada-1680604/
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Gracias por tus comentarios un abrazo muy grande Jade Bueno Morales