miércoles, 25 de septiembre de 2013

Homenaje a mi padre tabernero

Homenaje a mi padre tabernero
A mi padre bueno, una piedra le alcanzo en la mina, 
   pero eso no le venció.
  Se lo llevaron al servicio militar
   estando mi mamá de su rosa en gestación,
    pero eso no le venció.
   A mi padre bueno de Granada a Barcelona,
    como tantos españolitos, un día,
   del hambre emigro.
   Pero eso no le venció.
   Con gran trabajo y esfuerzo y un jardín de cinco rosas,
     a su Carmen, alegre, le cantaba coplas de Juanito Valderrama.
   - Adiós mi tierra querida, dentro de mí alma te llevo metida.
    Pero él adora a su Barcelona, que le acogió.
   Con esas alegres coplas casó a su hija mayor, su rosa Bendita,
   la más bonita de ellas.
   Los primeros nietos tuvo,
   y  por ellos más lucho pero,
   eso no le venció.
   Y de tabernero, él y su Carmen se hicieron, con ilusión.
   EL TORRES sé llamaba,
    de una esquinita del Prat, yo era una niñita que ya ayudaba y me comía los
   mocos y veía, pasar lechugas
    dando vueltas, por una maquina a la goma y a la caja, pobres
   señoras lechugas, pensaba yo,
    entonces, de vez en cuando surgían ratones del lugar, por eso
   tenían, Gatos y mi hermana y yo nos escapabamos,
 de la faena,
   a perseguir gatos y comprar caramelos a la tienda de La Exquisita, con nuestra amiga, la Pili.
   Un DIA nuestro padre que trabajaba en la gasolinera para poder llegar
   a final de mes,
    como muchos españolitos dos trabajos, que rey, y como un buen padre nos
   infló unos globos, los metió dentro del capó y cuando fue abrir y estos se
   fueron volando y él muerto de risa quedó, pero triste por nosotras, así
   era mi buen padre.
   Un día firmo a alguien de buena fe y con otro bar.
 Los Naranjos se llamaba,
   dio de comer a trabajadores de entonces, de mono y cuchara, también
   los había de traje de oficinistas y de calle, y con su buen cuchillo
   afilador, cortaba buen jamón, y hacía buenas tortillas de ricas patatas, en ese bar, nunca faltó.
    De vez en cuando duchitas de sifones, para las risas, y una buena familia de pintores, para lavarle la carita al naranjero y hacer rica
   matanza de grana, de especies que inundaban el local, oliendo a su bendita
   grana.
   Con su Carmen de compañera y sus cinco rosas, lo levantó.
   Con mucho esfuerzo, el  campo quiso que quiso labrar, pues siempre le gustó.
   Y en un rincón de Olivella  Garraf un restaurante el PA TORRAT con
   casa y campo se compró.
   Puso todo su empeño esfuerzo y valentía, dejo a sus hijas, la taberna y
   se hizo Constructor,
   pero eso no le venció.
   Era tan bueno y noble que en Olivella
   El cariño le contaba, por miles, pero de ello también dinero cedió.
   Casitas hacia con mimo y cariño, entre ellas la MIA y con mimo venía, al porche
    de mi casita de mis sueños, que es como la llamé.
   Juntos hacíamos proyectos de cómo verla termina Acabada y halicata, como él
   decía.
   Mi gran maestro, que ilusión y orgullo tenia de su familia, de su nieto
   y de que
   Se llamará Francisco, mis alegrías con él, son verle reír y llorar de
   reír.
   ¿Qué te ha pasado padre? ay! me decía:
 -  He limpiado un terreno y  había tantos pinchos, que mientras cavaba con el pico me los clavaba en el culo.
   Y se moría de risa. 
Así era mi padre.
   Un día lo vi llorar, por su nieto, decía:
- Dios que no tenga na mientras, 
la ambulancia se lo llevaba. Era su nieto preferido, su nieto cultivado basándose en
   pico y pala, pues no quería estudiar y él le dijo:
-  yo te enseñare un oficio.
   Pero eso no le venció.
   Pasaron los años, llenos de alegrías, también de sufrir.
   Pero eso no le venció.
   Le venció ver a su rosa vestida de cáncer y 
     él vestido de cáncer también, un día le dijo:
 - Anda mi nena, si somos compañeros, casi de cuarto.
     Yo le escuche decir:
- Por Dios, que a mi rosa no le pase naica.
   Pasaron los dos la quimioterapia y a su rosa vestida de cáncer,
   su pelo cayó.
   Mi padre triste la miraba desde el cristal. Nunca olvidas, esa mirada.
   Un día, estando mi hermana ya bien,
   le venció el cáncer.
   Le dijo a su Carmen.
   - Estoy recogiendo uvas para ti y allí está,
   en un campo, donde hay ricas viñas.
   Reposa en paz, mi alegre papá. Hoy he querido recordarte.
   A mi padre querido, dentro de mi alma, te llevo metió y jamás, en la vida
   yo podré olvidarte.

   Escrito por la Autora: Jade.Bueno  Los Ángeles buenos sé los lleva la vida, sin justificación ninguna.
   Tú como muchos eras un ángel bueno, injustificable él haberte
    perdido tan joven, con tanto todavía, por darnos.
   Los Ángeles buenos, tienen que quedarse, en la tierra.
   Por Jade.Bueno




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Gracias por tus comentarios un abrazo muy grande Jade Bueno Morales