He visto tú corazón caminar descalzo, sin importar cuántas, son las lágrimas lanzadas, por vivir, pieza a pieza, desecho a desecho.
Ninguna mereció ser derramada, ninguna, ninguna.
Ninguna mereció ser derramada, ninguna, ninguna.
Salvo, las lágrimas lanzadas a los años de tú pérdida.
He visto la cólera
de los hombres verterse sin importarles
género ninguno,
matando sin escrúpulos y
vertiendo las lágrimas de sus familias.
De esos inocentes, con ningún pecado, pues a los ojos de ese fondo todos somos iguales.
género ninguno,
matando sin escrúpulos y
vertiendo las lágrimas de sus familias.
De esos inocentes, con ningún pecado, pues a los ojos de ese fondo todos somos iguales.
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Gracias por tus comentarios un abrazo muy grande Jade Bueno Morales