viernes, 12 de mayo de 2023

Ecos

Yo he vivido mi vida exprimiendo las hojas de los árboles y ahora que llego a la vejez, nada me espanta. Muros de almendros sin risas, misas sin curas, misiva sin dueño. Nidos de palomas, lloran los polluelos, comedor lleno. Secta blanca, gorros de piscina, tiemblan de frío las almas. Remojo los pies en una pira helada y otra caliente, llena de burbujas. Los cuerpos van lentos, escucho al colorín, en cada paso, un enjambre de abejas, cruza el río. Un lento pulso es, la naturaleza, la luna es una luz, en el agua. Fuente caliente del manantial, cascada, dentro del edificio frío. Movimientos espasmódicos, en el agua, a todo pulmón, tocó fondo, los peces se comen mis pieles, por debajo, siento el lago que ruge. Cientos de caracolillos negros adheridos a la piedra, un verde musgo emerge como un fantasma oronímico. Fluye, fluye como paz blanca, sin sonido, el sordo sonido del agua cayendo. Ya llegando, ya fluyendo la lluvia diminuta, ecos en las montañas, estremeció ver la magnitud, de un bosque negro de ceniza. Ya danzantes van, maltrechos cuerpos deformes, jugando, juegan a la gallinita ciega, el sol se esconde y en el horizonte, grandes nubes grises. Furiosa firmeza tambaleante

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Gracias por tus comentarios un abrazo muy grande Jade Bueno Morales