viernes, 28 de marzo de 2025

Sin título

Ver, por ver, soñar, por soñar. Todo se agota como una gota de agua. Busco un manso río donde saciar el desasosiego. Una basta vara de medir es la vida, algunas veces con suerte y otras en penumbra. Silencio, los corderos han hablado y en el camino son degollados. La estafa de la vida nos espera al otro lado y los compositores conspiran, frases de destrucción masiva. El óxido del tiempo carcome los huesos de la fe. Y el eco de las risas se desvanece en la resaca del ayer. Las sombras se alargan, devorando la luz menguante.
Y el silencio se espesa, como un sudario sofocante. Los espejos rotos reflejan fragmentos de almas perdidas. Y el vino amargo de la desilusión, nuestras gargantas acidifica. Buscamos consuelo en la locura, en el delirio de la noche. Mientras la razón, como un pájaro herido, lucha por su derroche. Pero en el abismo, donde la oscuridad se hace más densa. Quizás encontremos la fuerza, la rabia que no se dispensa. Pero incluso en la derrota, cuando todo parece acabado. La semilla de la rebeldía, aún no ha sido enterrada. Las murallas son tan altas, altas en demasía. Las torres cayeron a los pies del inframundo. La oscuridad se cierne sobre el ocaso, incapaces de ver la luz del día. Huir de tanto y tan poco, lejos en el tiempo, aunque no sea la hora, pero ya se vaya anunciando. ¿Hay vida después de la muerte? En el suplicio de alas de la derrota. Me atormenta la respuesta. Somos marionetas en esta oscuridad incierta. Esperando, esperando respuestas. 

jueves, 6 de marzo de 2025

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    “Carta desesperada de amor, para ti”
A veces estoy sumida en cuento de hadas extenso, donde tú y yo nunca nos hemos alejado el uno del otro. Donde tú y yo seguimos, en aquella nube rosa y aterciopelada, de la que jamás debimos salir. Allí cantaban los trinos y nuestro sauce llorón era hermoso, solo, solo para nosotros dos. Nuestro amor era perfecto, echo a la más pura envidia y no sé qué nos pasó.
Lo mismo fue la sed de amar tanto, la que nos partió en dos, o lo mismo fue la dejadez, el no alimentarlo y llenarlo de vida, se fue apagando, como se apaga la vida. Quizás tenga que empezar de nuevo, en esta carta desesperada de amor.
Nada es tan eterno, como el bello mar.
Carta desesperada de amor para ti
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