"Esta es la realidad, los vencejos no han dejado de gritar. Un tiro en la sien y cállate. Todo va cuesta arriba y cuesta abajo. Los muebles de nuevo se ven viejos. Las serpientes anidan en tu nido. Los precios suben y suben, no como los salarios.
Borregos.
Los embalses están llenos de cloaca y putrefacción en el estado. Nos tomaron por idiotas. He tenido pesadillas, con el puto cadáver de una niña con el pelo largo y negro, fue culpa de haber visto el documental: "Los niños perdidos". Joder, estuvieron perdidos cuarenta días, fue un milagro que los encontraran al borde de la muerte. ¿Cómo puede ser la muerte tan misteriosa? Esos niños estaban esqueléticos y desnutridos. ¿Fue la hermana mayor quien los salvó? ¿O fue Dios en su misericordia?
Son preguntas que me hacen no coger el sueño. Si yo vi una luz blanca y una paz inmensa, no puede ser tan terrible. Aun así, somos esqueleto y polvo.
Párate en tu destino y cruza el abismo, hacia la nada. Únete, todos somos personas.
Me encanta la lluvia en los días de verano, cuando la piel está tan caliente y de pronto se moja. El murmullo de la noche me da miedo, en las realidades que están por venir. ¡Qué despacio cae el sueño, qué lento su latido, apenas se percibe, en un adiós temerario! El aroma de las flores acaricia el alma y las gotas del rocío caen como inmensa paz en la tierra.
Cuatro palomas pican la acera en busca de alimento y las gaviotas surcan los cielos gritando desesperadas.
Los hierros están tirados en el frío suelo y los niños han dejado de jugar en la cancha de baloncesto. ¡A prisa, a prisa, saca el coraje que llevas dentro! ¡Adelante, adelante sin vértigo!"
domingo, 3 de agosto de 2025
Los vencejos no han dejado de gritar
viernes, 1 de agosto de 2025
martes, 8 de julio de 2025
No pasaran
sábado, 7 de junio de 2025
Fábrica de sueños rotos
viernes, 28 de marzo de 2025
Sin título
viernes, 7 de marzo de 2025
Un tal Cristian parte 8
jueves, 6 de marzo de 2025
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“Carta desesperada de amor, para ti”
A veces estoy sumida en cuento de hadas extenso, donde tú y yo nunca nos hemos alejado el uno del otro. Donde tú y yo seguimos, en aquella nube rosa y aterciopelada, de la que jamás debimos salir. Allí cantaban los trinos y nuestro sauce llorón era hermoso, solo, solo para nosotros dos. Nuestro amor era perfecto, echo a la más pura envidia y no sé qué nos pasó.
Lo mismo fue la sed de amar tanto, la que nos partió en dos, o lo mismo fue la dejadez, el no alimentarlo y llenarlo de vida, se fue apagando, como se apaga la vida. Quizás tenga que empezar de nuevo, en esta carta desesperada de amor.
Nada es tan eterno, como el bello mar.
Carta desesperada de amor para ti
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