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sábado, 31 de agosto de 2024

Una noche sin ruido

Poemas de Jade Bueno Morales 
Una noche sin ruido 
 He visto en mi sueño a una mujer grande, con sombrero de los años sesenta; también he visto un hombre femenino, con cara grotesca, años setenta. En el sueño, subo por las
 escaleras de un edificio, un edificio de muchos pisos, soy un ladrón y me paro, en el que no se oye nada, es un cuarto con un bombín extraño, hay un incendio y se queman todos los muebles y la cera de las velas se derrama. 
He soñado que iba a la universidad,  me olvidaba de mi ordenador y me  mandaban un montón de tareas. Mi sobrino y mi hijo me traían el ordenador, mientras que a mí se me iban cayendo las tareas. Una de ellas era de historia. He tenido otro tipo de sueños. Cocodrilos que me atrapan y me devoran, en cuestión de segundos. Me estoy bañando en el mar y veo tiburones majestuosos nadando hacia mí, ¿volverán a comerme? O pasarán de largo, siempre he querido reencarnarme, en un tiburón. No sé por qué, parecen tan libres y temidos. 
Vendo mi alma al diablo, para que me dé otra oportunidad. Desciendo al infierno, por ello. Tercera noche, con dolor de espalda, sueño que me quiebro, como una muñeca de porcelana. 
Soñé que tenía cuchillos como Electra y los lanzaba contra la pared blanca e inmaculada, después tapaba los agujeros con masilla y los pegotes de masilla se caían, no podía tapar los agujeros. Este sueño es uno de tantos terroríficos, que he tenido a lo largo de mi vida. Tú no fuiste una pesadilla, fuiste un amor de verano, un autodescubrimiento, uno asombroso, en las tardes cálidas de lluvia, luego fuiste decepción, vacío y finalmente olvido, como todos los amores que he tenido y no han tenido buen puerto. En fin, ahora somos amigos, sin más, sin derechos a nada.
He soñado de nuevo con un hombre pidiendo, en la calle, me acerco y el rostro se desvanece, como humo, y no puedo alcanzar a verlo. Las piedras son arrojadas al hombre sin rostro, piedras afiladas y puntiagudas; en pocos segundos nada queda. 
He soñado con mi padre, recogiendo boletus. Le llevo hasta un musgo verde, donde sobresalen. Mi padre se asombra al ver tantos, intento ayudarle a coger, pero mis manos no llegan nunca, se vuelven largas y  delgadas, muy delgadas. Maldito cáncer, que nos dejó sin ti. 
Estoy perdida, en un abismo sin salida, en sueños, que no van a ninguna parte. Mi tiempo se agota.
Otra vez he soñado con una casa en construcción, me quejo de mi cuarto. Le digo a mi madre que le tengo fobia a los ratones y ella me consuela, mi padre me dice que para celebrar la nueva adquisición iremos al cine, se lo digo a mi ex pareja y me contesta que conmigo no iría que soy una desgraciada y una (entre comillas) lo agarro, con tal fuerza, que todos se quedan sorprendidos, lo echo a la calle a él y a mi ex cuñado, que se reía de la situación. Mi madre me dice "has hecho bien". Una trabajadora me lleva por la obra, vamos a unas duchas, que resulta ser una sauna. Antes de ellas cruzamos, por un laberinto chino de mármol verde. Todo es tan bonito, que rompo a llorar de la emoción. ¿Aquí hay películas en este pueblo? Le pregunté antes de ser rociadas con agua; me dijo que sí. Cruzando las zonas de las duchas hay otra sauna de hombres todos desnudos, o con toallas cruzadas entre las piernas como un pantalón de sumo. Mi padre nos espera, para llevarnos al cine, comer palomitas y al salir castañas calientes. Entre el sueño recuerdo la última película que fui a ver con mi padre. El crimen de Cuenca
Despierto y lloro, me cuesta volver a dormirme y escribo lo que he soñado.
He soñado que tenía un bar, con vivienda, mi ex lo abrió y estábamos durmiendo, el muy desgraciado, pasa la mano sobre mí como si fuéramos todavía algo, me despierta y me dice que abra el bar, que hay mucha gente esperando, gente borracha igual que él, me piden una tónica, es lo que suelen pedir o café, aporreó la barra y les digo que se vayan, que está cerrado y no tienen derecho a estar hay. Veo al sobrino de mi ex y le digo que se lleve a su tío que va puesto y borracho y que no lo quiero ver más. Su sobrino llora, coge a su tío y se van. Vienen mis hermanas y veo que mi ex se ha olvidado los auriculares, los destruyó con la mano. Una amiga mía me espera fuera del bar, cierro y las dejo hablando. Cuando voy andando, me doy cuenta de que me dejó la comida, vuelvo a por ella y ellas ya no están, el sueño se desvanece, creo que han hablado de mí. No me arrepiento de haberlo dejado, era un machista, narcisista, y por su culpa estoy así, con pesadillas y miedos absurdos, puesto que ya no está, en mi vida. Otra vez de nuevo el edificio en llamas, es tal la perturbación, que compré un extintor, no se porque me siento más segura con el en casa. En la escalera los robaron, como si fueran oro. Un día estando yo ya en la cama oí martillazos, era una pareja joven, los okupas les dicen, yo tuve miedo, pero recientemente, he hablado con ellos, me preguntaron, por el ascensor, que llevamos un mes sin el y a pesar de la artrosis he sobrevivido, sin el. Creo que haberme marcado como objetivo cuidar de mi madre, me ha ayudado mucho. 
La máquina barrendera comienza hacer su trabajo, las gaviotas sobrevuelan y las golondrinas cazan sus últimos insectos. Son las siete de la mañana, una mañana que espera, a una noche sin ruido.
Poemas de Jade Bueno Morales 

 
 



 

sábado, 24 de agosto de 2024

Oh, estrellas

Oh, estrellas iluminadas, que iluminarán mis noches, en esta piel caliente. Oh estrellas de la constelación de Orión, Alnitak, Alnilam y Mintaka, cuyo cielo ilumináis, dame la paz interior. 
Quitar la tortura de mi tormento, guiar mi camino de vuelta, de esta pesadilla sin razón.
Hay demonios que se esconden bajo un perfil simpático, donde yo me escondo. La historia renace, no muere, se palpita en el aire y si resurge es porque nosotros no cerramos las heridas. A veces tengo miedo, miedo clavado en mis entrañas. 
Es entonces cuando aparece el recuerdo y el terror persistente, no se desvanece. He sufrido tanto.
Cambiar me da fuerzas.
La lucha interior es la fuerza, que necesito.
Oh, estrellas iluminadas y fugaces que caéis en la nada, recoger mi llanto oscuro, del pasado.
Oh, estrellas, estrellas del firmamento, ayudarme a ser firme, en mi pensamiento. 
Oh, estrellas iluminadas, que caen en el mar, llevaros con vosotras mi amargura y traer de vuelta.
Mi alegría. 
Oh, estrellas pintadas con acuarelas para pintar para mí, un universo sin igual, hermoso como un jardín de primavera. 
Oh, estrella solitaria, que viaja alrededor del mundo, llévame contigo. A tu lado seré brillante, brillaré, como el sol, y visitaré las acacias, de bordes plateados. 
Será tan hermosa, mi figura de estrella; brillaré por siempre, en el firmamento.  
"Y en la noche más oscura, cuando el miedo me invada, miraré al cielo y recordaré que también yo soy una estrella, pequeña pero brillante, en este vasto universo." 

martes, 20 de agosto de 2024

Rey de pacotilla

Poemas de Jade Bueno Morales 
Rey de pacotilla 
Se atrevió a calentar la silla aquel rey de fábula y pacotilla, que se atrevió a creerse, dueño de mi imperio. 
Me atreví a soñar con una mano vieja y arrugada posada en la mía y ese fue mi peor error. 
Ahora navego sola y, con la bruma de los días, saco mi lado más fuerte, mi, reina interior. 
Despierto plácida y serena, aunque los días sean penumbras del futuro, aunque no sepa qué acontecimientos ocurrirán. 
Voy a verla a mí, madre, todos los días, y me consuela su abrazo y su sonrisa, me pregunto qué será de mí sin su presencia. Siempre me dice que sea fuerte, que saque carácter y no sea tan débil. 
¿Qué sombras emergerán cuando tú no estés?, podré levantarme y resolver el enigma de la vida o, por el contrario, me abrumará tu partida. Eres tan importante como el aire que respiro, tu consuelo, me hace mucha falta. 
Siento la brisa del mar en mis huesos y las lágrimas brotan de mis ojos cerrados, por el sol. Devorando los silencios estoy, esperando un mañana, que no llega. Una cárcel bañada en oro me espera; moriré en ella. Sueño con un incendio imposible de apagar las llamas, se lo comen todo a su paso, intento apagarlo, pero mis manos se queman, en el intento. ¿Estaré quemada de tanto hastío e hipocresía?  O, por el contrario, me arden las ideas, en mi puta cabeza. Arden los muebles macizos y el reloj, que nunca estuvo, está marcando  las cinco menos diez.
¿Por qué no sueño con algo bonito? Un campo de olorosa lavanda, por ejemplo, o un sentido paso, en un abrazo. Todo es profundo y oscuro. 
Me hicieron la cucharita, en el sueño y la rechacé; sin embargo, hablé con mi personaje, le dije cuántas son mis dolencias. Una muchacha sola en una gran ciudad, es arropada por mujeres vestidas de blanco. 
Quiero despertar, pero estoy atrapada en esta pesadilla dantesca. Los recuerdos están tan claros, en la retina. Despierta que todo está, en tu jodida cabeza, todo el dolor pasará. Nada tiene sentido, ni siquiera la vieja argentina que me paro en el túnel y pronunció tu nombre. Eres la mujer de o no, eras perdón y así se marcha andando. Todos en la escalera ya lo saben, aunque yo no haya dicho nada, vieron cómo metías tus cuatro cosas en el maletero, aquel rey de fábula y pacotilla, que se creyó el rey de mi imperio. 
Jade Bueno Morales 

viernes, 9 de agosto de 2024

Corre

Poemas de Jade Bueno Morales 
Corre, las cotarras te alcanzan, huye, si puedes, huir de todo, como el viento, en una gran tormenta. Nadie nos preparó, para la verdad de la vida, conforme crecemos, aprendemos las lecciones. Corre, da un salto de fe en la arena caliente. Los demonios te están esperando. Finos hilos a punto de romperse, dámelo, lo convertiré en un ovillo. 
Corre, mientras puedas y no te detengas, el hilo es muy frágil y podría quebrarse. 
Corre tras las sombras y dales, caza, destruye los recuerdos, que te hacen daño. ¿Alguna vez me quisiste? Ni siquiera una, no hubo nada desde el principio. 
Corre, hay gritos en la garganta. ¿Son las estrellas fugaces, presagios de lo que acontece?
Corre, hacia las masas y desaparece, como Huracán Cárter. No entiendo mi existencia, ¿qué hago aquí? La realidad me aplasta y me golpea. Corre, aterriza sobre los abedules, verdes y navega sobre los arroyos, no dejes, que fluyan las lágrimas. Hazte fuerte e imparable, ante la adversidad. Canta, si puedes cantar, vive, si puedes vivir, aun huyendo. Corre, que la fuerza te acompañe. 
El portal más hondo, es ese despertar, en él, que te mueres de agonía, por un amor imposible. Hay nubarrones negros en el horizonte.
Corre, corre, ten coraje, no les permitas disfrutar de tu derrota, abre bien la puerta. 
Tendré que dejar que entre la luz en mí, levantar mis alas y volar, puede que el miedo me pueda a veces,  pero aprenderé a matar al miedo, con  uñas y dientes. 
Poemas de Jade Bueno Morales 

miércoles, 7 de agosto de 2024

Castillo de naipes

Poemas de Jade Bueno Morales 
Castillo de naipes 
Un castillo de naipes, que se cae, un vaso, en el suelo, qué lápida una vida.
 Los grandes pájaros buscan agua en la metrópolis. Una paloma blanca yace en el suelo muerta y las gaviotas no se apiadan de su muerte. 
Una sirena que suena suave como el viento de agosto, se empieza a calentar el asfalto. 
Despierta.
Un señor con camiseta negra paseando a su perro, ladrando como un condenado.
Despierta.
Tus ojos cerrados, en un sueño, simple y púrpura. Un hombre ha dejado tu cuerpo inmóvil, esperando respuestas. 
Despierta.
Te amé tanto y tan desesperadamente. Luego, tras el hondo vacío que me dejó tu amor, he comprendido que hay más allá del amor, el amor de una madre.
Despierta.
Los atunes están subiendo y bajando las altas olas, en el océano.
Mueren los corazones, que antes latían, en la tierra, cada día mueren y allí se desata, la guerra del más fuerte. Te enterraron con el maltratador de tu padre. Ahora un perro negro ladra, lo lleva atado, una mujer con camiseta.
blanca.
Despierta. 
Dos niños juegan, con la pelota. El bus está en marcha.
En fila, en fila, en fila india.
Despierta.
Las sirenas han sonado.
Te van a matar, dispara. 
Poemas de Jade Bueno Morales

lunes, 5 de agosto de 2024

Sueño de verano

Poemas de Jade Bueno Morales 
Sueño de verano 
He soñado que me volvía a enamorar. Al enamorarme de la vida, de los amaneceres y atardeceres, he soñado, con el trigo dorado del campo. Estoy triste, pero no es la tristeza parte de la vida, no es verdad que cuanto más sufres, más fuerte eres.
Tan cierto como que la alegría forma parte del gran abanico de sensaciones, que nos inundan a menudo de gratitud, damos gracias por lo que tenemos y nos reservamos, a veces, para lo peor que nos pueda pasar. 
He soñado que me volvía a enamorar, enamorar de verdad, de mí misma, ya que empiezo a conocerme, estiraré mi espíritu, al máximo. Tengo pensamientos, luego existo y, sin embargo, cuán invisible soy. No siento nada, ¿estaré muerta? ¿Vendrán de nuevo las mariposas a apoyarse, en mi vientre deforme, por las cicatrices del pasado? No me dejes desaparecer, ser nada entre la nada, deja que brille mi esencia, que mi espíritu, aletee, como un alma libre, llena de amor y de agradecimiento.
Madre, enséñame el camino. 
Nuestro tiempo se agota, en un sueño de verano.
Poemas  de Jade Bueno Morales

Cadena alimenticia

Poemas de Jade Bueno Morales 
Hoy será un antes y un después de la cadena alimenticia, no seré más esclava de preparar comidas, en táper amargos. Tu amargura me dejó sin fuerzas, no estás hecho para compartir, lo querías todo, para ti y me dije basta. 
Basta de noches, en vela, de risas forzadas, de contar, de restar de mirar si estabas ido o sumado, en el caos, de tu superficie. 
Sé nos acabó el amor que nunca lo fue, tan solo una pasión sin medida, que finalizó en cuanto dejaste el polvo blanco. Aprenderé a vivir sola, a conocerme a mí misma, a dejar mi aleteo, en mis manos. Aprenderé que hay otros colores, no solo el color gris, que me dejaste. Aprenderé a dar prioridades, a lo positivo y a machacar lo negativo. 
Sanarme como nunca me sane, y aunque no viajé tendré más amor del que nunca imaginé, en la luz de mis hijos. 
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