La ventana es tentadora, desde
ella y al otro lado se observa la silueta a contraluz de una vorágine de sexo en acción.
Me suscribo a la página de esos dos locos apasionados. Me empalmo y me toco mi
miembro excitado. A
ellos dos no parece importarles para nada que yo les observe, es más, la
hembra alfa requiere mi atención poniéndose a cuatro patas delante de mi cara,
exhibiéndose a todo pulmón, mientras el macho beta, le pasa sus dedos suavemente
por su clítoris. Mi glande está a punto de estallar. Observo mejor. Ellos se
dejan, juegan conmigo, sobre todo ella, con su sonrisa tímida a la par que descarada. De pronto la
acción de sexo torna a un lado oscuro que jamás había visto, así que mi ritmo
cardíaco bombea a mil. La hembra de ojos oscuros, grandes como luceros, goza
terriblemente al ser maniatada y azotada.
Contempló la escena como si no estuviera allí, pero en
realidad, soy yo el que le da los azotes y ella la que cuenta la historia.
Jade. Bueno
Todo lo contado es imaginación del autor disfrútalo y
gózalo
